sábado, 5 de julio de 2014

aqui va la introducción completa

…Miré la plaza por última vez y corrí a resguardarme de la luz del sol…Corría el 8 de diciembre del año de Nuestro Señor Jesucristo 1999 

        
INTRODUCCIÓN

La historia de mi vida mortal empieza a transcurrir el 6 de agosto del año de Nuestro Señor Jesucristo de 1498…

… Era un día caluroso cuando decidí venir al mundo dentro de una familia española afincada en un pequeño pueblo del norte de España, en la provincia de León, su nombre era… Barrio de Nuestra Señora…


Allí pasé los primeros 11 años de mi vida, con mis padres y mis hermanas, corrían tiempos felices dentro de mi infantil ignorancia, recuerdo mis primeros nueve años de vida mortal, como una experiencia, de lo que prácticamente podría asegurar que muchos niños no tenían, (quizás tuvieran más cosas que yo, más cosas materiales, no lo sé, decía mi hermana que los Pin y Pon, aunque al final los conseguí, no te vayas a creer y bueno, tampoco es algo que me importe pues yo tenia lo que realmente deseaba, y eso era el amor, fingido o no, pero en tal caso, amor, de una familia…)

Cuando mi madre supo que estaba embarazada, casi le da un síncope, y no por que supiera lo que le esperaba o tenía la vida reservado para ella, pero no me extraña lo del síncope, puesto que ya pensaba que no tenía edad para esos menesteres; y mis hermanas ya eran mayores para tener un piojo más en la familia, aunque bueno, tampoco estoy segura de que sólo fuera por eso, tenía  unas hijas mayores, de 19 y 17 años… y era cuando menos se imaginaba ella que tenía que ponerse a cambiar de nuevo pañales, así que, cuando acudió a la consulta del médico, casi convencida de que lo que le iban a decir es de que tenía la menopausia… yo saludé con mi diminuta mano en la ecografía (de aquella época) como queriendo decir ¡¡eh!! Que estoy aquí… El médico que le dio la fatídica noticia a mi madre, se llamaba Don Emilio Hurtado, muy famoso en aquella época sobre todo para mí… permite que me ría… pero quizás si no hubiera sido por él, yo ahora no  estaría aquí, no por que mi madre no me quisiera, cosa que me ha repetido en varias ocasiones, no, no es por eso, lo que pasa es que él le indico a mi madre los cuidados que debería de tener para que yo llegara a buen puerto… Cuando el médico vio a mi madre la cara de susto que debía de llevar, le miró, le cogió de las manos, y le dijo: “Regina, prefiero decirle que está usted embarazada antes de decirle que tiene usted un cáncer” a lo que mi madre, con esa gracia que la caracteriza, le dijo que prefería tener un cáncer antes que estar embarazada, vaya lío de palabras ¿no? Pero yo es algo que llevé marcado a lo largo de mi vida, pues siempre supuse que esas palabras dejan entrever que mi madre no me quería; pero ahora sé que no era así.

He oído decir que mi padre quería que yo fuera un niño, supongo que ya nada más nacer comencé a desilusionarlo, porque fui una niña, pero la verdad es que no le note en nada que yo fuera un incordio, él me adoraba, me perdonó siempre todo y fui una  niña consentida, yo era como un grano en el culo, lo reconozco, no le dejaba ni a sol, ni a sombra, incluso cuando iba a miccionar, como dice un viejo amigo, alli estaba yo.

 No recuerdo que hablaban mientras yo estaba esperando a que llegara el día de venir al mundo, dicen que es importante para los niños que antes de nacer se hable con ellos, pero ya que tengo gratos recuerdos de mi infancia, supongo que serían cosas agradables y bonitas.

Cuenta mi madre, que cuando nací, también había una monja para atenderla en el parto, también supongo que fui una de las primeras que probó la “epidural” tan famosa hoy en día, pero tan desconocida en aquella época, mi madre estaba medio dormida y aunque no sentía dolores según ella misma recuerda, cuando vi por primera vez la luz, mi madre oyó decir… “es una niña” y después de decir la frase de “pobre Arsenio” pues así se llamaba mi padre, no se le ocurre otra cosa que preguntar si yo estaba entera, si tenía todos los dedos… pero bueno… ¡qué se habría pensado!, que un pequeño leoncito como yo no tenía cosas mejores que recibir como preguntas que si estaba entera... no sé… quizás, mientras estaba dentro le provoqué alguna que otra pesadilla y no recordara en esos momentos las conversaciones que mantuvimos via cordón umbilical, pero yo las recuerdo como que fuera ayer y ya han pasado más de 500 años.
Yo estaba deseando salir para conocerlos en persona, para que me dieran mimitos, para que me besaran, en fin… para estar con ellos, pero para nada esperaba conocer la voz natural de mi madre con esa preguntita, la verdad sea dicha. Quizás, algún día tengan respuesta mis preguntas. Y volvamos a lo que me atañe, mi vida como mortal, ¿no es eso lo que desean saber para poder comprender mi experiencia vampírica de una mejor manera? Pues vayamos allá…

         Pues aunque hayamos empezado por mi vida antes de nacer y os he hecho una breve, pero no por eso menos importante, introducción de mi familia… conocereis que soy un vampirito ¿verdad?


¿Cómo?... ¿Qué tú no lo sabías?... vaya… espero no haberte asustado, permiteme que te invite a sentarte y continuar con mi relato, estoy segura que te va a enganchar.


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