…Miré la plaza por última vez y corrí a resguardarme de la luz del sol…Corría el 8 de diciembre del año de Nuestro Señor Jesucristo 1999
INTRODUCCIÓN
La
historia de mi vida mortal empieza a transcurrir el 6 de agosto del año de
Nuestro Señor Jesucristo de 1498…
… Era un
día caluroso cuando decidí venir al mundo dentro de una familia española
afincada en un pequeño pueblo del norte de España, en la provincia de León, su
nombre era… Barrio de Nuestra Señora…
Allí
pasé los primeros 11 años de mi vida, con mis padres y mis hermanas, corrían
tiempos felices dentro de mi infantil ignorancia, recuerdo mis primeros nueve
años de vida mortal, como una experiencia, de lo que prácticamente podría
asegurar que muchos niños no tenían, (quizás tuvieran más cosas que yo, más
cosas materiales, no lo sé, decía mi hermana que los Pin y Pon, aunque al final
los conseguí, no te vayas a creer y bueno, tampoco es algo que me importe pues
yo tenia lo que realmente deseaba, y eso era el amor, fingido o no, pero en tal
caso, amor, de una familia…)
Cuando
mi madre supo que estaba embarazada, casi le da un síncope, y no por que
supiera lo que le esperaba o tenía la vida reservado para ella, pero no me
extraña lo del síncope, puesto que ya pensaba que no tenía edad para esos
menesteres; y mis hermanas ya eran mayores para tener un piojo más en la
familia, aunque bueno, tampoco estoy segura de que sólo fuera por eso, tenía unas hijas mayores, de 19 y 17 años… y era cuando menos se imaginaba ella
que tenía que ponerse a cambiar de nuevo pañales, así que, cuando acudió a la
consulta del médico, casi convencida de que lo que le iban a decir es de que
tenía la menopausia… yo saludé con mi diminuta mano en la ecografía (de aquella
época) como queriendo decir ¡¡eh!! Que estoy aquí… El médico que le dio la
fatídica noticia a mi madre, se llamaba Don Emilio Hurtado, muy famoso en
aquella época sobre todo para mí… permite que me ría… pero quizás si no hubiera
sido por él, yo ahora no estaría aquí,
no por que mi madre no me quisiera, cosa que me ha repetido en varias
ocasiones, no, no es por eso, lo que pasa es que él le indico a mi madre los
cuidados que debería de tener para que yo llegara a buen puerto… Cuando el
médico vio a mi madre la cara de susto que debía de llevar, le miró, le cogió
de las manos, y le dijo: “Regina, prefiero decirle que está usted embarazada
antes de decirle que tiene usted un cáncer” a lo que mi madre, con esa gracia
que la caracteriza, le dijo que prefería tener un cáncer antes que estar
embarazada, vaya lío de palabras ¿no? Pero yo es algo que llevé marcado a lo
largo de mi vida, pues siempre supuse que esas palabras dejan entrever que mi
madre no me quería; pero ahora sé que no era así.
He oído
decir que mi padre quería que yo fuera un niño, supongo que ya nada más nacer
comencé a desilusionarlo, porque fui una niña, pero la verdad es que no le note en nada que yo fuera un incordio, él me adoraba, me perdonó siempre todo y fui una niña consentida, yo era como un grano en el
culo, lo reconozco, no le dejaba ni a sol, ni a sombra, incluso cuando iba a
miccionar, como dice un viejo amigo, alli estaba yo.
No recuerdo que hablaban mientras yo estaba
esperando a que llegara el día de venir al mundo, dicen que es importante para
los niños que antes de nacer se hable con ellos, pero ya que tengo gratos
recuerdos de mi infancia, supongo que serían cosas agradables y bonitas.
Cuenta
mi madre, que cuando nací, también había una monja para atenderla en el parto,
también supongo que fui una de las primeras que probó la “epidural” tan famosa
hoy en día, pero tan desconocida en aquella época, mi madre estaba medio
dormida y aunque no sentía dolores según ella misma recuerda, cuando vi por
primera vez la luz, mi madre oyó decir… “es una niña” y después de decir la
frase de “pobre Arsenio” pues así se llamaba mi padre, no se le ocurre otra
cosa que preguntar si yo estaba entera, si tenía todos los dedos… pero bueno…
¡qué se habría pensado!, que un pequeño leoncito como yo no tenía cosas mejores
que recibir como preguntas que si estaba entera... no sé… quizás, mientras
estaba dentro le provoqué alguna que otra pesadilla y no recordara en esos momentos las conversaciones que mantuvimos via cordón umbilical, pero yo las recuerdo como que fuera ayer y ya han pasado más de 500 años.
Yo estaba deseando salir
para conocerlos en persona, para que me dieran mimitos, para que me besaran, en
fin… para estar con ellos, pero para nada esperaba conocer la voz natural de mi
madre con esa preguntita, la verdad sea dicha. Quizás, algún día tengan
respuesta mis preguntas. Y volvamos a lo que me atañe, mi vida como mortal, ¿no
es eso lo que desean saber para poder comprender mi experiencia vampírica de
una mejor manera? Pues vayamos allá…
Pues aunque hayamos empezado por mi
vida antes de nacer y os he hecho una breve, pero no por eso menos importante,
introducción de mi familia… conocereis que soy un vampirito ¿verdad?
¿Cómo?... ¿Qué tú no
lo sabías?... vaya… espero no haberte asustado, permiteme que te invite a
sentarte y continuar con mi relato, estoy segura que te va a enganchar.
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