miércoles, 8 de julio de 2015

capítulo 22

Fui algunos días al gimnasio por las tardes, pero no me gustó, con el paso del tiempo como ya te comenté anteriormente, se ganan poderes y yo podía hacer una vida prácticamente normal, compré unas lentillas para los ojos, probé con todos los colores, pero decidí quedarme con el verde, me gustaba el negro, pero se notaba mucho que eran lentillas debido a la iridiscencia de mis ojos, por eso el más disimulado era el verde.

Todo esto viene para decirte que la luz del sol ya no me molestaba, ni podía hacerme ningún daño, ni tan siquiera cuando más calentaba el sol, y por ese motivo en alguna ocasión me fui alguna tarde al gimnasio.


Me apunté a un curso de defensa personal, el profesor se llamaba Telmo y era muy majo, cuando luchábamos, como yo era la única chica, el siempre se ponía conmigo, y me decía que le pegara más fuerte, pues él podía parar los golpes, yo le decía que no tenía más fuerza y él no me creía, decía que para cuidarle ya estaba su mamá. 
Era súper cómico; por que claro, yo sabía que podía pegarle más fuerte, pero lo que él no sabía es que si yo le pegaba como realmente puedo, le podía partir una pierna allí mismo, y no era plan; así que iba de blandengue, fue una experiencia inolvidable, de verdad, siempre lo recordaré, pues lo pase genial.

          Javi, a menudo cambiaba sus horarios para entrenar y coincidir conmigo en el gimnasio, yo había decidido, salvo caso de fuerza mayor, ir a la sala solo por las mañanas pues por las tardes era bastante inaguantable, había un olor más fuerte, el monitor era bastante “in” y éramos mentalmente incompatibles pues me parece un chico bastante “necio”. No es que nos llevásemos mal, tan simple es que es como que no nos llevábamos. Y bueno, como todo en la vida de los vampiros se intensifica, el olor que se percibía a aquellas horas también y yo no lo podía soportar, era como si me faltase el oxigeno.

          Javi iba a entrenar y de paso, intentaba ponerme a prueba a ver si me cabreaba o por donde salía, pensé que lo que quería era cabrearme, que sabía como hacerlo, y que de rabia le diera el “don oscuro” y como sabía que no sería capaz de morderlo y matarlo... creía jugar con esa ventaja, aunque yo ya no estaría tan segura, por que a medida que pasaban los días me iba cabreando más y más. El beso del vampiro no se lo iba a dar, me di cuenta que era una persona que no podría estar en el submundo sin pasar desapercibido, así que sería un grandísimo error por mi parte convertirle; matarle, no quería, no se lo merecía y yo le quería, como persona, no pienses mal… pero como persona con sus virtudes y sus defectos, le apreciaba y él lo sabía, por eso intentaba hacerme rabiar.

Fíjate un día lo que me llegaría a cabrear, que estábamos a la entrada del gimnasio, donde el mostrador que hay, y aprovechando que Emilio había bajado a por unas ampollas, me cabreé y pegué un salto y con los dedos hice dos agujeros en el techo, no use los dientes por que eran uno de mis dones mejor guardados, pero lo hice porque como donde aprovechaba para darme la tabarra era en el gym, que mirase al techo y recordara lo que podía hacer en su yugular; antes de volver a provocarme con el temita.

Después de ese episodio, se calmo bastante el acoso, ahora parecía un poco más razonable; pero te diré mi querido amigo, que cuando subió Emilio se quedó sorprendido con los dos agujeros que había en el techo, y se pasó una temporada la gente pensando en que serían esos dos agujeros, quien los habría hecho, y lo más importante, el por qué.

A la mañana siguiente le dije a Emilio que había sido yo, que de momento no podía decirle porque, pero que no pensara que había sido la vecina de arriba para cotillear porque en este caso la mujer no tenía la culpa, creo que o me dio la impresión, que Emilio no se lo había creído, pero bueno, te puedo adelantar por si te intriga, que ahora ya sabe la verdad.

          Entable una buena amistad con Emilio y su mujer, iban a tener un hijo y yo les decía cosas para desanimarles, pero bueno, en broma claro, era por pasar el rato, yo sé de uno que antes de estar la mujer embarazada compraban los pañales en las ofertas de carrefour para ir ahorrando, y por eso les preguntaba bobadas de esas pero para nada pensaba que ellos lo hicieran.


Es una tontería, pero es que cuando me enteré de que hay quien hace eso, o lo piensa me da la risa y no puedo parar de reír y me gusta compartirlo con mis amigos, igual que otras veces también les cuento lo que me pasa de malo. 


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