viernes, 12 de junio de 2015

capitulo 21 "¿El final se acerca?"

Como yo no había cenado, Javier me pidió que le permitiese acompañarme mientras me alimentaba. Durante unos instantes dudé, y no sé bien por qué lo hice, pues no podía negarme ya que le debía algo, quizás le serviría de consuelo ver que mis víctimas al morir no sufrían, quedaban sumidas en el sueño eterno… quizás era lo que buscaba para “perdonarme”

Yo no necesitaba comer, no tenía un ápice de hambre, pero ahora no podía echarme atrás y de todas formas, tampoco quería que él en aquel momento conociese mis secretos, así que no hice ningún comentario ya que podía pensar si le digo que no necesito alimentarme, lo que pasaba era que no quería que él me acompañara. 
Tenía a veces unos pensamientos un poco retorcidos. Yo siempre pensaba de forma negativa, igual no era tan retorcido como yo, pero yo es que dudaba de todo, me sentía tan, tan mal, que no pensé en que diciendo que si, que me acompañara, ponía la bala en el disparador, tan solo quedaba apretar el gatillo.


          No me costó dar con el delincuente, la delincuencia había aumentado sobre manera, gente venía de otros países y como no encontraban un trabajo delinquían, se empezó a hablar de los sicarios, era algo que de alguna manera me asustaba, gente que por dinero mataba a la gente a sangre fría, es que solo pensarlo me hace temblar.

La mayoría eran de América del Sur, y unos años más delante de Europa del Este, esa también tenía mala fama, gente de Marruecos, pateras, cayucos… España se iba a ser la torre de Babel, y de la manera que estaba pasando no me gustaba, esta gente venía con la disculpa de que los españoles también fuimos allí para buscar un trabajo; yo no me considero racista, la verdad, pero creo que la mayoría de los españoles que salieron de España a otros países, fue para trabajar, trabajaban para enviar dinero a sus familias o para ahorrar y el día de mañana tener una mejor vejez y poder regresar a España, algún español era malo, como no, en todos los sitios hay de todo, pero aquí resulta que los que vienen, la mayoría vienen como a “cobrarse” algo, no sé, se toman la justicia por su mano… algunos están “sin civilizar”  También hay gente buena y trabajadora, por supuesto que si, pero ¿Qué pasa con el pensamiento en general? Pues por lo que he observado e indagado, veo que el pensamiento general es que todos son iguales, y como siempre en este caso, pagan justos por pecadores. Y yo no estoy de acuerdo.

          Hay gente extranjera que se merece una oportunidad, como también nosotros la tuvimos cuando salimos de España, pero como nos fiamos de los prejuicios y estereotipos que marca la sociedad de masas, el mundo va de mal en peor. Aunque a mí me beneficie pues no tengo que molestarme en lo absoluto en buscar a mis víctimas, me gustaba más como era antes; ya dice el refrán “cualquier tiempo pasado fue mejor”

…Cómo me enrollo…

          Todo esto venía a que no me costó encontrar a mi victima, encontré un sicario, vivía en el centro de la ciudad, era un asco de tío, yo lo tenía bien catalogado desde hacia días, sabía sus pasos, además podía leer su mente y jugaba con ventaja.

          Llevé a Javi detrás de la pared de Juan del Encina y le indiqué unos segundos antes de que mi victima se acercara quién era, le conté su historia, se llamaba Carlos y era sicario, además no tenía ningún escrúpulo en reconocerlo, siempre me preguntaba por que la policía no hacía nada, pero decían que era por que les tenía sobornados, uno de los inspectores soñaba con los billetes de 500 euros y no miraba a costa de quién fuera, lo importante era ganar dinero y más dinero, era un desgraciado, pero daba igual, por que era rico.

Nos agazapamos cuando pasaba Carlos por allí y para darle un poco más de entusiasmo a la historia, le indiqué a Javi que saliera a su paso.
Carlos al verlo, se asustó y sacó su pistola que siempre la llevaba encima, y cargada por supuesto; así que me apresuré a salir yo, pero lo hice más emocionante para los ojos humanos, salte por los aires y me planté entre los dos como salida de la nada, incluso noté que Javi se había sorprendido un poco, y yo me estaba pasando de chulita ya.

Carlos me indicó que me apartara pues sino me iba a lastimar, creo que por el hecho de verme como una mujer, me vio débil, es que a parte de gilipollas era machista, ¡¡lo que me faltaba!!... así que como a ese tipo de personas que no soporto, le tomé del cuello y le subí unos centímetros del suelo, cuando le deje con los pies en la tierra, salió corriendo como alma que lleva el diablo, y me dio la risa… ¡Me río en la cara del peligro! parecía súper cómico todo aquello… me elevé en el aire y me plantifiqué en la fuente de Santo Domingo, que se me viera bien para que cuando Carlos llegara allí, asegurarme que me viera, y fue lo más gracioso de todo, pues al imaginarme a mi misma allí subida, vestida de negro completamente y sin gafas de sol, resaltaba el brillo rojo de mis ojos al estar debajo de la farola… y me daban ganas de ponerme a temblar de miedo, jajaja... le espere en una pose tipo “el zorro” me le quedo mirando, y veo que se hace pipi en los pantalones… ¡Que risa!, a Javi le dio tiempo a llegar hasta allí, me baje lentamente de la fuente, mientras Carlos me miraba de lo mas asustado, me acerqué, le tome por el cuello, y le mordí, con toda mi mala leche, y deje la sangre en mi boca, lo solté, y le escupí su propia sangre en su cara, seguro que le dio asco.

          Como había hecho hacía años, ya te lo conté hace unos capítulos, decidí no matarle, sé que con el susto de “muerte”que se había llevado, estaría una temporadita sin actuar, y si en algún momento volvía a las andadas, le daría otro toque o definitivamente terminaría con él.

          Recogí a Javi, y nos fuimos a una cafetería pues ya era la hora de desayunar, después de lo que había vivido, me pidió que el quería ser como yo, quería convertirse en un vampiro (Oh Dios! ¿Como no pude intuirlo de manera segura?) me negué rotundamente a dárselo y la verdad es que me cabreo bastante que me lo pidiera, pero no se lo manifesté en ese momento, después de desayunar fuimos al gimnasio a entrenar un poquillo.

          Por cierto, no sé si te interesa la historia, mi querido amigo, pero te contaré por si acaso que es lo que había sucedido con Rocío a mi pupilo.

          Resulta que ellos dos salían y ella era una víbora, si se mordiera o mordiese la lengua, era de las que se envenenaría y como yo me había supuesto, era la típica desgraciada de que “mala suerte”, que manía me tienen todos con lo que yo estudio y un largo etc., pues también lloraba por el dinero.
Javi como es como un tolón en ese sentido, le daba todo lo que necesitaba, y ella claro, le dieron la mano, y se cogió hasta el pie; se fue a una casa de coches, se compró un coche, y decidió que Javi se lo iba a pagar, y claro, eso fue la gota que colmó el vaso, y sobre todo por que Javi no se enteró hasta que le llegó la primera letra, menos mal que fue un poco espabilado en ese sentido, porque hay muchos, que dicen eso de la gota que colma el vaso y es mentira, ¿A que si? Píenselo ya como verás que conoces a alguien así.

En fin, que dejaron de salir y después de romper, éste empezó a pensar en que el resto de la gente a lo mejor hasta tenía razón, y aprendió que para las siguientes ocasiones, debería de escuchar a los que le aprecian, luego hacer lo que quiera, pero por lo menos aprendió que hay que escuchar.


No terminó ahí la historia con Rocío, pero en estos momentos, no sé si más adelante, viene a cuento contar algo más a cerca de ella, ya que me revuelve las tripitas.



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