lunes, 25 de mayo de 2015

capítulo 20

Como ya era una costumbre en mí, estuve caminando a la vera del río, era una mañana fresca y también era bastante temprano, no había nadie a esas horas por la Candamia, no me importaba, es más, con la cantidad de meteduras de pata que había tenido últimamente, casi lo agradecía por si se me cruzaba el cable y cometía otra de mis ya normales estupideces.

Estuve allí unas 4 horas; quería dar tiempo a que mi amigo preparara todo a su gusto sin interrupciones y que escribiera en su diario lo que había pasado, sabía que lo haría pues su trabajo era estudiar a la gente “extraña”  por llamarnos de alguna manera, como lo era yo.

Siempre escribía en su diario lo acontecido, sé que de mi vida personal no daría cuanta a la Orden MIM, pero para su estudio personal y poder llegar a un mejor entendimiento, lo apuntaba todo.


La verdad es que el pobre hombre fue a elegir a una persona bien rara para su estudio, por lo que había leído de otras personas como yo, sé que al menos había otras 4 mujeres a lo largo del mundo.

Una, paso una larga época en España, y ahora desconozco su paradero, pero sé, que  no ha puesto fin a su vida, a no ser que le haya matado alguno de nuestra especie, es una hija de los milenios y ella misma no puede quitarse la vida.

Su historia comienza en la antigua Roma, en uno de sus libros, nos cuenta su vida de mortal, y como se convirtió en un vampiro, ella sabia que nuestros orígenes se remontan a Caín, algunos de los nuestros son los llamados “caininos” pero yo jamás he tenido un contacto directo con ellos, se que Mario pertenecía a esa secta, pero a los hijos del milenio solo los conozco de nombre.

Yo personalmente no comparto la teoría de los Caininos; mi creador y la gente con la que tratamos directamente, nos alimentamos del delincuente, somos por así llamarlo los “vampiros buenos” y la teoría de los caininos es alimentarse del que pillen, se ríen de sus victimas…

En el año 1789, cuando la revolución francesa, en nuestro submundo también se desató una batalla entre los caininos y los que yo llamo los abelinos, que somos nosotros, yo era muy joven y no participé, era una batalla más bien entre los antiguos de nuestra especie.

Ellos piensan que no puede existir un vampiro con sentimientos, que la gente debe temerlos y van asustando a la sociedad; siempre suelen moverse en masas, pues no evolucionan de la misma manera que nosotros; por ejemplo te diré que si yo con 200 años me llego a enfrentar con un cainino del milenio, tenía muchas posibilidades de haber vencido, pues en nuestro corazón hay creencias y sentimientos, que en muchas ocasiones eso te ayuda a vencer algún imprevisto.

El enfrentamiento entre ellos y nosotros se originó por que por su culpa no podemos revelar a la gente que somos o, como a algunos les gusta decir, quienes somos.

Nosotros tenemos una naturaleza buena, tenemos creencias, no tenemos por que hacer el mal a nadie sin un por qué, y a ellos les da igual, no atienden a nada, y  nuestro mayor problema era que la reina estaba de su lado, era despiadada, ella misma mato a su compañero para conseguir sus poderes, fue una época bastante fea para nuestros mayores, pero supieron salir feliz y airosamente del paso.

Se aliaron todos los abelinos para destruir a la reina, vino Thor que estaba hibernado desde hacia mas de 600 años en el polo norte, y le comunicaron el plan a través del don de la mente, no dudó tampoco en unirse Atenea que estaba viviendo en Grecia y debido a sus milenios de vida no necesitaba alimentarse, y se acercó para ayudar, Odin, Eolo y muchos más estaban de nuestra parte…

Atenea fue la elegida por votación mayoritaria entre los mayores para ser la representante, la ultima que bebería la sangre de la reina de los Caininos para quedar como representante de los vampiros buenos, y los caininos que decidieran cambiar, también serian bien admitidos.

Yo no estuve en la batalla, como antes te comenté, pero antes de terminar con la vida de Mario, pude leerlo en su mente.

          Recordé esta historia mientras miraba el agua correr y sentía el frío en mi cara, ya eran casi las 8, así que podía ir encaminándome ya hacia en gimnasio, me apetecía entrenar y charlar un rato con Emilio.

No se si Emilio sospecharía de mi verdadera identidad, la verdad es que entrenando hacia bastante el pato para no levantar ninguna sospecha, ya que yo no era capaz de controlar del todo mis fuerzas, y lo mismo me mandaba saltar y sin darme cuenta me mantenía suspendida en el aire, así que lo que tenía que entrenar más a fondo era como podía pasar desapercibida.

Llegué al gimnasio y hablé mucho rato con Emilio, y saque el tema de lo “oculto” a ver que era lo que opinaba, le pregunté de las brujas y de los vampiros… creo que es una persona a la que podría confiarle mi secreto, él y su mujer eran gente guay, a ella casi no la veía pues iba a una hora diferente, pero era guay, eso como tantas otras cosas se nota en la mirada, en la forma de estar y de hablar, y siempre tenian ambos una palabra agradable.

Decidí que tendría que esperar un poco antes de cascarlo, no por falta de confianza, por supuesto que no, lo que pasa es que seguramente le iba a dar que pensar que sin apenas conocerlo le cuento eso… no sé, igual piensan que les quiero morder, y no es el caso. He de esperar para no alterarles, pues estoy segura que en un principio se asustarían por la idea “errónea” que se ha dado de los vampiros en películas, etc. Las películas están inspiradas en los caininos.

          Bueno, estuve entrenando un ratillo en el gimnasio y llegó la hora de regresar a casa, donde seguramente solo estarían Elvis, mi canario; y Wuarren, mi cotorra…

Aún así, iba con la ilusión de que mi amigo, se hubiera arrepentido, y se hubiera quedado.

          Antes de entrar en casa, entré en un bar para pedirme un café bien caliente, llenarme con el aroma y calentar mis manos, fui donde la mamá de Sol que era la que hacía el mejor café del mundo, y me pedí un café, muchas veces sentí la tentación de probarlo, por que con el paso del tiempo el olor había veces que ya no era suficiente.

          Quisiera aclararte que los vampiros podemos beber y alimentarnos como las personas normales, lo que pasa, es que debemos pasar un periodo de adaptación en el que vomitas, pues tu cuerpo no lo tolera y dependiendo de tu edad de inmortal te cuesta más adaptarte o no; yo había comenzado mi periodo de adaptación, pero aún no me atrevía a tomar nada delante de mortales, pues no controlaba muy bien si esa vez me iban a dar las convulsiones, o ya no.

Empecé mi periodo pensando en el rico café, en su aroma, en el chorizo…

          Como te estaba contando, me limité a remover el café y llenarme con su olor, charle un ratito con Sol y su mami, y me fui a casa.
No las conocía de nada pero como iba tanto por allí, se convirtieron en buenas amigas

No recordaba haber sentido la angustia que sentía en esos momentos, deseaba abrir la puerta y encontrar allí a mi amigo, pero le conocía y sabía que eso no iba a suceder, aunque hasta que no lo vi, no perdí por completo la esperanza, ya que dicen que es lo último que se pierde, pues la dignidad no debería perderse nunca; por eso como la dignidad no iba a perderla, lo único que me quedaba por perder era la esperanza.

 Había agotado con todos mis pensamientos, pensando: puede que este por esto; pero seguramente que no este por esto otro…

          Como seguramente te imagines, la casa estaba vacía, solo Elvis y Warren le daban un aire de vida, y él, como supuse, se había ido, ya se había marchado.

          Me dejó una carta de despedida, la cual me hizo llorar, pero en ella pude ver que siempre sería mi amigo, pasara lo que pasara.
Él por sus estudios sabía que yo no era un monstruo y que tenía sentimientos.

Todo le llevaría algún tiempo asimilarlo, seguramente tenía cosas que pensar, así que decidí no llamarle, dejar y dar tiempo al tiempo, él sabía donde encontrarme y siempre estaría para él. Al menos yo era así, no sabía si él pensaría lo mismo; y yo estaba algo dolida porque una vez más me di cuenta que los buenos amigos están siempre que les necesitas, y en estos momentos yo sentía que no tenía ninguno, y como escuché decir el otro día una frase muy sabia y que me llamo mucho la atención, “tú no estuviste cuando te necesité, pero para que veas como soy, cuando tú me necesites, allí estaré” y así soy yo… como he oído decir últimamente “rara”.

          Me quede dormida llorando y me despertó el teléfono, era Javi para decirme que iba a cenar.

Yo me había olvidado de llamar al catering para confirmar el pedido así que no me quedó otro remedio que ponerme a cocinar, fue una experiencia bien bonita, me gustó aunque no te puedo decir como me quedo la comida, no la pude probar… pero olía a gloria.

          Hablamos toda la noche, se me pasó el tiempo prácticamente volando, conversamos animosamente, creo que sin rencillas, y me contó lo que había sucedido con Rocío.

Llamamos juntos a su hermano, recordamos viejos tiempos…

          No podía quitarme de la cabeza lo que había sucedido con mi último amigo de la orden MIM, antes de venir ya debía saber que yo era así, que para alimentarme solía matar a mis victimas y que en el fondo fui humana y también tengo mis errores; no entendía nada; no se si aunque me hubiera dejado esa carta, de verdad sería mi amigo, yo tenía ya muchos espolones como para fiarme del primero que pasara, y aún así, siempre en algún momento me volvía a confiar, ya digo yo que no es que sea rara, lo que soy es tonta.


Pero bueno, a lo que íbamos, que me sentía dolida y esperaba que  no me traicionase contando a la orden MIM todo lo que sabía; aunque aquí yo estoy segura que si me traicionaba en este sentido, se iba a enterar de lo que vale un peine, puesto que no pensaba en volverme a dejar traicionar, a parte de el se iba a enterar toda la orden cuando olieran a pollo quemado. 




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